Las tecnologías nucleares y la crisis ambiental

Conferencia magistral.

En medio de la creciente preocupación por el cambio climático y sus efectos devastadores, las tecnologías nucleares emergen como herramientas clave para enfrentar esta crisis global. Desde la monitorización precisa de los impactos ambientales hasta la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación de nuestras prácticas agrícolas, la energía nuclear ofrece soluciones innovadoras y efectivas. En esta conferencia Camilo Prieto Valderrama profundiza en estos aspectos.

Una de las aplicaciones más significativas es en la monitorización del cambio climático, particularmente en la observación de la acidificación de los océanos. Los isótopos nucleares permiten a los científicos rastrear los cambios en la química del agua marina con una precisión sin precedentes. Esto es crucial, ya que la acidificación del océano afecta gravemente a la vida marina, especialmente a los corales y otras especies que dependen del carbonato de calcio para formar sus estructuras. Con esta tecnología, podemos obtener datos precisos y en tiempo real, lo que facilita la implementación de políticas y medidas correctivas más efectivas.

En términos de mitigación, la energía nuclear es una de las fuentes más prometedoras para reducir las emisiones de carbono. A diferencia de los combustibles fósiles, las plantas nucleares generan grandes cantidades de electricidad sin emitir CO2. Esto convierte a la energía nuclear en un componente esencial en la transición hacia una matriz energética más limpia y sostenible, ayudando a cumplir con los objetivos de reducción de emisiones establecidos en acuerdos internacionales como el Acuerdo de París.

Además, las tecnologías nucleares también juegan un papel crucial en la adaptación al cambio climático, particularmente a través de la irradiación de semillas. Este proceso mejora la resistencia de los cultivos a condiciones extremas como sequías, plagas y enfermedades, factores que se agravarán con el cambio climático. Al irradiar las semillas, se pueden desarrollar variedades de plantas más robustas y productivas, asegurando la seguridad alimentaria en un mundo cada vez más afectado por fenómenos climáticos extremos.