La pesca es un soporte nutricional, un instrumento de placer gastronómico en muchas regiones y un segmento importante de la economía global. Lamentablemente, la sobrepesca ha llevado a una reducción del 71% de la población global de tiburones y rayas marinas.
El consumo global de peces y mariscos sigue creciendo. Según la FAO, en el año 2020 durante la pandemia por COVID-19, la producción de pesca y de acuicultura llegó a su máximo registro histórico con 214 millones de toneladas. Seguramente este número pudo ser mucho mayor, pero las restricciones y los confinamientos de ese año redujeron las capturas en aguas abiertas en un 4% respecto a los tres años anteriores. El 35,4% de las poblaciones de peces de las pesquerías marinas del mundo se clasificaron como poblaciones sobreexplotadas, esto significa que están siendo manejadas de manera insostenible. Para el caso específico de los pulpos, únicamente 21.000 toneladas, o el 4,1 % de la producción mundial, se consideran sostenibles o en proceso de mejora.
Los peces y otros animales acuáticos juegan un papel importante en la nutrición de regiones costeras y tropicales. En el mundo, aproximadamente 3200 millones de personas obtienen el 20% de su ingesta de proteínas animales a partir de peces y mariscos. Es indispensable destacar que existen diferentes formas y escalas de obtener animales acuáticos, y que es diferente el impacto que tienen las capturas industriales a las artesanales. Así como también existe la pesca en aguas marinas abiertas y por otro lado la producción mediante acuicultura, es decir, criaderos, ya sea en el mar o en área continental.
Si usted la interesa cuidar la biodiversidad de los animales acuáticos, desde sus decisiones de consumo, le sugiero tener en cuenta las siguientes recomendaciones: Busque animales de producción local, asegúrese de que esa producción sea de acuicultura continental y prefiera la pesca artesanal a las capturas industriales. Adicionalmente, consuma especies nativas, por ejemplo: mojarra, bagre, bocachico o capaz. Respete los periodos de veda, es decir, aquellos momentos del año en donde de la AUNAP (Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca) prohíbe las capturas para respetar el ciclo reproductivo de diferentes especies. ¡Por favor! Excluya de su dieta al pez loro, cuya función en la preservación de los corales es invaluable, de tal suerte que, su captura en Colombia está prohibida desde julio 2019, considerando que por lo menos cinco de estas especies se encuentran amenazadas. Reitero, solo un 4.1% de la captura mundial de pulpos se hace de manera sostenible y su consumo no es indispensable para la salud humana. Jamás consuma carne o huevos de tortugas marinas y no olvide que no existe evidencia científica que demuestre el beneficio en el rendimiento o dimensiones de sistema reproductor masculino en relación con el consumo de aletas de tiburón.
La pesca industrial es la única actividad humana que permite el uso mecanizado de enormes tecnologías para capturar fauna silvestre, buscando saciar los gustos y preferencias humanas. Tomando decisiones responsables, es posible tener en el plato animales acuáticos, sin que esto signifique lesionar la biodiversidad.
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