El Costo de la indiferencia

Es muy triste ver el espectáculo de un hermoso y rico país poblado en su gran mayoría por gente noble, alegre y optimista hundirse lentamente en las arenas movedizas de un pantano contaminado por  la corrupción, el odio partidista y la torpeza administrativa. Y en medio de los sentimientos de angustia y dolor que esta imagen me provocan recuerdo las palabras sabias de Gandhi: “No me asusta tanto la maldad de los malos, me aterroriza la indiferencia de los buenos”.   

Pero si uno analiza los tiempos heroicos de otras épocas que sacaron a flote lo mejor del espíritu humano y vencieron la indiferencia siempre han tenido como punto de arranque una visión noble, clara y atractiva con la capacidad de despertar el entusiasmo, la pasión, la nobleza y el compromiso con el cambio  de la juventud.  

No se trata de buscar alguien como Churchill que logro combinar la alquimia de sus palabras mágicas con el coraje de la juventud y la solidaridad del pueblo ingles que en ningún momento abandono a sus jóvenes guerreros atrapados por los tanques nazis en las playas de Dunquerque. Pero para que la juventud recupere la confianza en un sistema que ha sido hostil a sus aspiraciones y necesidades es necesario señalar un camino que permite la renovación total que acabe con las malas hierbas de la corrupción y la ineptitud que asfixian las virtudes cívicas. 

La falta de solidaridad y la ausencia de compromiso con la salud de la sociedad es tan grande que se ha roto la cadena de confianza intergeneracional ante el grotesco espectáculo de una clase política que no atiende el compromiso sagrado de entregarle a la siguiente generación un mejor país del que recibieron de la anterior. Y es que los políticos no ven a nuestros jóvenes como guerreros que van a  tener que competir en lo que bien podría llamarse las olimpiadas internacionales de la prosperidad para lo cual van a necesitar herramientas tecnológicas y conocimiento científico. Son observaciones que están soportadas por hechos concretos que demuestran la existencia de políticas que le restan posibilidades a nuestros jóvenes como las siguientes:

  • El brutal recorte en los fondos asignados a ciencia y tecnología en el presupuesto presentado  por el gobierno para el 2018 el cual tiene un recorte del 41.6 %
  • Los jóvenes tendrán que cargar con el peso de mantener a flote un sistema pensional que favorece a las aves de rapiña de la corrupción y a los parásitos que manipulan el sistema para poder retirarse con pensiones obscenas obtenidas con trampas y engaños.
  • Los jóvenes también tendrán que hacerse cargo del enorme aumento en la deuda externa que paso de de 59.730 billones de dólares en el 2014 a 111.880 billones de dólares en el 2016.

Cabe anotar que los defensores del sistema alegan que no hay que preocuparse con el aumento de la deuda pues el 87%  se pagara en el largo de plazo. Es una afirmación que pone en evidencia no solo su mentalidad cortoplacista sino su total falta de solidaridad con los jóvenes pues el mensaje que le envían a sus contemporáneos de su generación es: No se preocupen por el aumento de la deuda que esta la pagaran los millenials.   

 

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